Kelvin y la máquina infame

Kelvin and the Infamous Machine (2016)

El Dr. Edwin Lupin es un científico brillante que ha dedicado su carrera a desentrañar la mismísima estructura del tiempo. Con la ayuda de su aplicada ayudante Lise y del bienintencionado, aunque un tanto disperso, asistente Kelvin, sus investigaciones culminan con el desarrollo de la primera máquina del tiempo totalmente funcional, artefacto que por complejas razones científicas tiene el aspecto de una ducha portátil…

Aunque no lo parezca por su aspecto, funciona. Creedme, funciona…

Sin embargo, la comunidad científica, que a veces es muy desconsiderada y se deja llevar por las apariencias, se burla de la ducha, digo… de la máquina del tiempo del Dr. Lupin y la califica como el peor invento del año, bautizándola como «la máquina infame».

El Dr. Lupin encaja el revés con estoicismo y elegancia, pero sólo durante un par de minutos, transcurridos los cuales, enloquecido por la ira, se le va la olla y viaja hacia el pasado para apropiarse de los mayores logros de la humanidad y obtener así el reconocimiento que, sin duda alguna, se merece.

A partir de ahí, el torpe de Kelvin, llevado por una concepción un tanto básica del bien y del mal, irá tras el Dr. Lupin para evitar el colapso total del espacio-tiempo, o algo así, que Kelvin no lo tiene muy claro…

Empieza así una hilarante e insensata aventura dando bandazos por el tiempo para evitar que el Dr. Lupin deje la Historia hecha unos zorros y ayudar a que personajes como Newton, Da Vinci o Beethoven alcancen la grandeza a la que estaban destinados.

Humor, divertidas tramas y alocados rompecabezas, excelentes gráficos, ¿qué más se puede pedir? Si ya has cumplido 10 años, estás de suerte: tienes edad suficiente para ducharte, digo… ¡para viajar por el tiempo en la máquina infame!