- Recomendamos leer esta reseña con este fondo sonoro.
Conversación íntima captada entre un soldado turiano y un piloto humano:
Garrus: ¿Cuál es la primera orden que da un general humano antes de comenzar un combate?
Joker: Aaaah… me rindo.
Garrus: Exacto.
Y es que las relaciones entre un comandante y su tropa siempre han sido complejas, sobre todo si entre ellos tienes a una especie de insecto biótico de dos metros (el turiano) o una lagartija inflada a esteroides y armada hasta los dientes (el krogan). Hablar y entender las motivaciones e intereses de los integrantes de tu pelotón de asalto y de la tripulación de tu nave será vital para llegar a ser un buen oficial en Mass Effect.
Esta aventura galáctica, dividida en tres entregas, se ha convertido, por méritos propios, en el videojuego de rol de acción con ambiente de ciencia ficción, más afamado, jugado y celebrado de la historia. Si por algo se caracteriza esta imponente space opera jugable es por la contundencia y profundidad de sus diálogos, la interacción con el mundo circundante y el fuerte aderezo en forma de shooter rolero.
Para interactuar con lo que te rodea, en Mass Effect tendrás que hablar y leer un buen rato durante la partida, no nos engañemos. Como todo juego de rol que se precie el diálogo es fundamental para la inmersión en la trama, las decisiones que tomes tanto en tus conversación como en tus relaciones con la pléyade de personajes que pueblan este universo: alienígenas de toda forma y condición, políticos de baja estofa, militares, el hampa, renegados de la peor calaña, asesinos o prostitutas, condicionarán tu personalidad. Podrás erigirte en el paladín de la humanidad frente al resto de razas que compiten por el control hegemónico de la galaxia o en un rastrero hedonista que sólo busca la satisfacción propia a costa del bienestar del prójimo.
Pero entre tanta charla con los miembros de nuestro pelotón o con alguno de los cientos de PNJs (personajes no jugadores) que pueblan esta particular galaxia, debemos recordar que John o Jane Shepard (tú decides si quieres ser hombre o mujer) es un soldado, y, como tal, necesita su ración habitual de reparto de estopa intergaláctica a todo alien que habite en alguno de los planetas, planetoides, asteroides, pedazos de rocas espaciales o naves abandonadas presentes en el juego, y creednos, tendréis muchas oportunidades de afinar la puntería.
Es en este punto donde la odisea espacial cobra toda su amplitud. Como comandante de tu propio navío intergaláctico, La Normandía, podrás navegar por toda la galaxia explorando mundos inhóspitos y milenarios asentamientos alienígenas con el objetivo de desentrañar la trama principal de Mass Effect o algunas de sus innumerables misiones secundarias.
Pero no te olvides de hablar con tus soldados de pelotón y tenerlos muy presentes. La fuerza de la atracción del Efecto de Masa (Mass Effect) está en su trama y en la personalidad de sus personajes. Como le diría Garrus a Shepard:
Shepard: No podría hacerlo sin ti.
Garrus: Por supuesto que sí, pero no con tanto estilo.
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