La guerra interminable

La guerra interminable (The Forever War – Joe Haldeman – 1974)

La Tierra ha estado librando una guerra interplanetaria tras un primer contacto amenazador con la especie alienígena de los taurinos en 1997. Con la capacidad de viajar más rápido que la luz, lo que llaman «saltos colapsares», los humanos se afanan en crear tecnologías que permitan asentar bases en otros planetas y diseñar uniformes y armas que sobrepasen al enemigo. Pero éste aprende rápido a contraatacar, convirtiendo el conflicto en un desgaste continuo.

William Mandella es uno de los primeros soldados en ser reclutado cuando estalla la guerra. A través de él conocemos la rutina implacable de los reclutas, los riesgos que corren y las consecuencias de volver a casa después de un salto colapsar; en realidad, nunca se puede regresar del todo… El único vínculo que le mantiene unido a su época es su compañera Marygay Potter.

Viñeta de la versión en cómic de «La guerra interminable».

Mandella pronto se da cuenta de que no tiene sitio en la Tierra por lo que junto a Marygay decide aceptar un puesto en la Luna que promete ser seguro. Sin embargo, apenas se asientan en el satélite, le asignan la primera de varias misiones que le llevarán a sorprendentes cambios tecnológicos y humanos acentuados sobretodo por las dilaciones en el tiempo, que pueden ser tanto de décadas como de cientos de años.

La guerra interminable, al igual que Tropas del espacio, de Robert A. Heinlein, entra dentro de la llamada ciencia ficción militar. Aunque pueda parecer un género poco atractivo para el lector no familiarizado, esta novela tiene un ritmo vertiginoso y una trama que se centra en los personajes, lo que la hace bastante accesible para cogerle gusto al género. Y si gusta, también hay una adaptación al cómic.