Los mundos de Minecraft

¿Habéis visitado alguna vez algún mundo virtual? ¿No? Pues os recomiendo que visitéis alguno, para iros acostumbrando, porque dispositivos como las gafas de realidad virtual van a convertirlos en algo muy habitual. Ya lo veréis.

Para que os hagáis una idea, imaginad que Facebook –que es una comunidad virtual–, en lugar de ser un muro de mensajes, fuera un lugar donde cada uno tenemos un «muñequito» (avatar) y podemos pasearnos por allí, encontrarnos con nuestros familiares y amigos, charlar con ellos… Los que ya conocéis alguno de estos mundos ya sabéis de qué os hablo.

Pero yo quiero llamar la atención sobre uno en concreto, sobre uno que, más que un mundo virtual, es un universo virtual, ya que cada persona puede tener y construir su propio mundo y compartirlo con quien desee. Este universo se conoce como Minecraft, mundos elaborados a base de bloques que permiten moldear por completo tu entorno de una forma muy sencilla. A pesar de la sencillez de sus gráficos –que recuerdan al juego de construcción Lego–, las posibilidades son infinitas: puedes dedicarte a explorar libremente el mundo, a construir y modificarlo, a vivir aventuras, a fabricar tus propias herramientas, a recolectar o criar ganado…

Son tantas sus posibilidades y su sencillez que los más jóvenes no han dudado en hacerlo suyo (mirad sus móviles o sus tablets). Y es tanto su atractivo para los más jóvenes que Minecraft ya genera sus propias colecciones de novelas de aventuras basadas en esos mundos y sus avatares. Es más: debido a sus características, Minecraft se está introduciendo en las escuelas como herramienta educativa de alta eficacia. Y la cosa va en serio: Proyecto Minecraft Education.