Kentukis

Kentukis (Samantha Schweblin – 2018)

Como si de un capítulo de Black Mirror se tratara, Samanta Schweblin nos muestra en Kentukis las consecuencias, en algunos casos oscuras y en otros, si más no, sorprendentes, de cuando la tecnología se mezcla con el factor humano y acaba afectando a nuestra privacidad.

En un contexto temporal que podríamos situar en la frontera entre el presente y el futuro inmediato, un nuevo producto de entretenimiento/compañía se pone de moda. Consiste en unos dispositivos con forma de animal (conejos, cuervos, topos…), una mezcla entre peluche y robot, los cuales, al encenderlos por primera vez, establecen una conexión aleatoria, al azar, con una tablet cuyo propietario anónimo (que puede ser alguien de la otra punta del planeta) puede controlar, mover, ver a través de las cámaras que posee el “animalito”, es decir, poder “entrar” en la vida de quien tiene el kentuki en casa. Hay, por tanto, dos tipos de usuarios, el que lo tiene en casa y el que lo controla, de manera que quien lo tiene en casa no sabe nada de la persona que lo controla, algo que sí ocurre en el sentido contrario, por supuesto.

Si los tamagotchi y los furbys podían resultar mascotas inquietantes, los kentukis son la próxima generación…

A partir de aquí, la autora argentina nos plantea diversos comportamientos tanto de los anfitriones que los tienen en su casa, a los que podríamos llamar “amos”, como de quien los controla a distancia, siempre alrededor de la ética de la privacidad cuando uno dispone de la tecnología suficiente. Lejos de hacer una crítica directa (ludita) a la tecnología, se nos muestra en esta novela una amplia variedad de situaciones que nos llevan a la reflexión. Como ella misma ha afirmado en más de una ocasión, “el mal detrás de la tecnología es otro ser humano”.

Samantha Schweblin utiliza un lenguaje que conduce la trama generando siempre la necesidad de saber cuál va a ser el siguiente giro de la historia, manteniendo siempre al lector expectante.

Son 230 páginas llenas de pura reflexión sobre quién es en realidad a quien hay que temer en la relación hombre-máquina.

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