Seguro que esto os suena:
– ¿Has visto El canto de la cigarra biónica? – No, pero me he leído el libro…O al revés:
– ¿Te has leído Los viajes de Fantoche? – No, pero he visto la peli…
Esto suele pasar cuando un libro se lleva al cine y, en muchos menos casos, cuando una película acaba convertida en libro. Pero el caso es que, con la cantinela del «No, pero…», parece como si uno se justificara, y podría parecer que si ha visto la película ya no vale la pena leer el libro o al revés. Como si dijéra, «esa ya me la sé»; como si ver un película y leer un libro fuera lo mismo.
Está claro que hay a quien le gusta más leer que ver películas; a quien le gusta más ver películas que leer; hay a quien le gusta tanto lo uno como lo otro… Pero hacedme caso: quedarse sólo con el libro o sólo con la película es perderse la mitad de la diversión.
Con el libro, lo que se cuenta en las páginas te lo tienes que ir imaginando a medida que vas leyendo: los escenarios, los sucesos, los personajes, su aspecto, sus voces… Tú te haces tu propia película, a partir de las imágenes que las palabras evocan en tu imaginación. Con la imaginación, hacemos nuestros propios retratos mentales de las cosas.
Con la película, no hace falta que tú imagines nada; dejas que la historia te entre por los ojos y por los oídos, ya hecha imágenes, imaginada, retratada por el director. Y aunque ambas cosas producen satisfacción –¡a las formas de vida inteligente les encanta que les cuenten historias!–, son dos juegos muy distintos, aunque vayan de lo mismo.
Luego está aquello de que «el libro es mejor que la película». Y puede que sea así en la mayoría de los casos, pero es que el libro juega con ventaja, ya que el libro puede entretenerse todo lo que quiera con los detalles y ser todo lo largo que quiera; luego uno puede leer el libro a ratitos, sin importar lo largo que sea; puede parar y seguir cuando quiera; puede tardar las horas y los días que quiera en completar la historia. Las películas, sin embargo, están pensadas para verlas de un tirón, en un tiempo limitado, lo que hace que sea muy difícil, por no decir imposible, incluir tantos detalles como en el libro. Por no hablar de que, a lo mejor, la imaginación del director y la tuya no se parecen en nada. Esa es una de las razones por las que, muchas veces, la película se parece muy poco –a veces, nada– al libro. Tal vez también por eso gustan las series de televisión, porque pueden contar historias más largas, con más detalles… No sé, tendré que pensarlo…
Pero donde yo quiero ir a parar, siempre buscando la mayor diversión y satisfacción, entre libro o película, me quedo con las dos cosas. Aunque, debo confesarlo, prefiero leer primero el libro para hacerme mi propia película y luego compararla con la que me muestran en el cine o en la tele. Doble diversión.
You might also like
More from Vortex
Versión musical de Jeff Wayne de «La guerra de los mundos»
Versión musical de Jeff Wayne de «La guerra de los mundos» (Jeff Wayne's Musical Version of The War of the …
Juegos de guerra
Juegos de guerra (WarGames - John Badham - 1983) – ¿Esto es un juego o es real? – ¿Qué diferencia hay? David Lightman …
Marciano, vete a casa
Marciano, vete a casa (Martians, Go Home - Fredric Brown - 1955) Eran las primeras horas de la tarde del jueves …