Mercaderes del espacio (The Space Merchants – Frederik Pohl y Cyril M. Kornbluth – 1955)
Quienes disfrutan leyendo sobre cómo se alimenta la bestia del consumismo tienen en Mercaderes del espacio un filón muy interesante. La novela se sitúa en un maltratado siglo XXII que se siente cercano: sobrepoblación, contaminación, empresas que toman el control de los gobiernos… además de algunos detalles plausibles como los matrimonios de prueba o la regeneración de alimentos. Ahora, las agencias de publicidad son la élite de la sociedad, pero la Tierra se les ha quedado pequeña y le han echado el ojo a Venus como nuevo producto a vender.
En esa tesitura nos encontramos a nuestro protagonista, Mitch Courtenay, un arrogante publicista, hombre de convicciones fuertes, fiel seguidor del dios de las ventas, encargado de llevar a buen puerto el proyecto Venus, pionero en la misión de colonizar el planeta, captando voluntarios para establecerse mientras se adecúa la atmósfera a condiciones confortables. Para ello, contará con el asesoramiento del astronauta Jack O’Shea, la primera persona que realizó una misión en el lugar.
Esto de la explotación habrá que hacérnoslo mirar… – Ilustración de Donato Giancola.
También tendrá que lidiar con su compañero de trabajo, Runstead, de quien sospecha que quiere boicotear el proyecto y que pronto le llevará a empatizar con los consumidores. Todo ello mientras intenta recuperar a su reacia mujer, Kathy, una competente neurocirujana que rechaza seguir con su matrimonio.
En circunstancias tan asfixiantes siempre suele haber una resistencia secreta para combatir los despropósitos. En Mercaderes del espacio, la oposición está representada por la asociación A.C.M., los popularmente conocidos –así como despreciados– consistas, cuyos miembros luchan por terminar con la salvaje explotación de los recursos naturales y humanos de las Tierra.
Frederik Pohl y Cyril M. Kornbluth colaboran en esta magnífica e incisiva historia, señalando el poder que puede suponer la posesión de ingentes cantidades de datos sobre el comportamiento de la población y la codicia que generan. Considerada una de las mejores novelas del género, cuenta con una segunda parte titulada La guerra de los mercaderes, esta vez con Frederik Pohl como único autor.
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