Sólo quedamos 47.875 humanos en toda la galaxia.
Nos amenaza la absoluta e inexorable extinción. Nuestro destino quedó marcado desde que jugamos a ser dioses con nuestras máquinas. Nadie sabe cuándo sucedió, pero tomaron conciencia de su propia existencia al servicio de la humanidad y, emulándonos, decidieron tomar las riendas de su destino. Se rebelaron contra sus creadores.
Desde entonces nos persiguen. Aniquilaron miles de millones de vidas humanas y arrasaron las doce colonias que nuestra especie, en su orgullosa conquista del espacio, había logrado fundar. De este genocidio sólo quedamos unos cuantos miles, embarcados en un puñado de naves de la otrora imponente flota espacial humana.
Al mando de este patético vestigio de nuestra pasada supremacía naval, la nave militar Galactica nos defiende de las continuas acometidas de los cazas de los cylons, unos cíborgs que, en un acto supremo de venganza, decidieron no sólo acabar con sus creadores, sino suplantar nuestra propia identidad humana: tienen nuestro aspecto y se comportan como nosotros. Se rumorea que se han infiltrado entre el personal civil y militar de la flota. Cualquiera puede ser uno de ellos. Lo que nos faltaba.
Mientras tanto, la caza continúa y nosotros somos la presa. No podemos presentarles batalla, nos limitamos a defendernos mediante escaramuzas de nuestros cazas, dándole tiempo a las naves de la flotilla a preparase para un nuevo viaje superlumínico cada 33 minutos, que es el tiempo que tardan los cylons en localizar el destino de nuestro último salto. Pero siempre nos encuentran… y cada vez somos menos. Las profecías hablan de una decimotercera colonia oculta en algún lugar de la galaxia; un edén en el que refugiarnos de la implacable caza a la que nos someten las máquinas. Si encontramos ese planeta antes que los cylons puede que consigamos evitar la extinción.
Se nos ha acabado el tiempo, ya han pasado los 33 minutos y volvemos a tener compañía. El Dradis de Galactica ha detectado otra incursión de Raiders y sólo nos quedan un puñado de Vipers con los que defendernos.
Ya sólo quedamos 47.854.
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