Dark

Dark – Baran bo Odar y Jantje Friese – Netflix – 2017

Un pueblo a la sombra de una central nuclear con más de un cadáver en el sótano. Unas familias que han vivido allí toda su vida, con una concentración de secretos y tragedias per cápita que no tiene nada que envidiar a los Stark o los Lannister. Un suicidio inexplicado. Y juegos y amores adolescentes, y engaños e infidelidades adultos.

Y una noche, un niño desaparece en una tormenta mientras unos extraños ruidos surgen de debajo de la central.

Pero, ¡cuánto más estremecedor todo si los hechos son casi la exacta repetición de algo ocurrido hace 33 años! ¡Todo se repite!

«Dark»: no se trata de quién, dónde o cómo, sino de cuándo…

Dark fue la primera gran producción original de Netflix en lengua alemana y uno de sus mayores éxitos en lengua no-inglesa. Aunque se la ha comparado a Stranger Things, no explota la nostalgia ochentera. Sus años 80 no son ningún paraíso infantil de videojuegos y música en casettes. Son unos 80 sucios, realistas, con miedo nuclear y asesinos de menores sueltos, antes de los bancos de ADN y CSI. Son unos 80 en los que un asesino puede ocultarse durante décadas entre sus vecinos y estos harán como que no pasa nada para seguir con sus vidas.

Pero justo cuando crees que te encuentras ante una serie negra más, salta la sorpresa. Y la clave, puede estar en un libro de un autor al que nadie conoce: Eine Reise durch die Zeit, «Un viaje a través del tiempo», de H.G. Tannhaus.

Por supuesto, a los más acérrimos fans no se les escapará el doble homenaje oculto en el nombre del misterioso autor, pero hasta aquí puedo escribir sin destripar el argumento. Vedla, aunque sólo sea para ver que los alemanes saben hacer algo más que los melodramas del domingo en La Primera.

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